El apoyo de una asesoría mercantil es vital en los primeros momentos de la constitución de una empresa una vez se haya seleccionado la idea, hechos los planes de viabilidad y los estudios oportunos.

Lamentablemente crear una empresa no es fácil en España. La burocracia frena en muchas ocasiones la iniciativa, y eso se une a los elevados impuestos a los que hay que hacer frente desde el primer momento.

La primera elección que se ha de tomar es la de qué forma jurídica va a tener su negocio. Este no es un paso baladí ya que habrá que elegir entre más de diez modelos para ver cuál se adapta mejor a sus necesidades, y cada uno tiene un proceso diferente e implica una serie de responsabilidades distintas.

Nuestra recomendación es tener en cuenta el nivel de responsabilidad ante las deudas que se quieran asumir. Esa tiene que ser la base de su elección, y luego también se debe tener en cuenta el número de socios y la forma en la que cada uno aporta capital o trabajo a la sociedad. Por lo general, para nuevas empresas, se va a optar por ser empresario individual (el autónomo) o por crear una Sociedad de Responsabilidad Limitada (S.L.) que requiere de un capital mínimo de 3.000 euros para su constitución.

La asesoría mercantil le guiará en el proceso ya que se necesitan varios pasos. Con carácter general hay que solicitar la certificación negativa del nombre de la sociedad – para saber que no existe otra compañía con el mismo nombre, el Número de Identificación Fiscal, pagar los correspondientes impuestos e inscribir a la empresa en el Registro Mercantil. Pero, sobre todo, necesitará presentar ante notario la escritura pública de la compañía en el que se detalla la identidad de los socios, la aportación de cada uno, el objeto social de la empresa, el modo de administrar la sociedad y otras consideraciones que se tienen que incluir en los Estatutos según impone la Ley, y para cuya elaboración precisará nuestra ayuda.